por Juan Ignacio Blanco
Los problemas causados por la desvinculación de Jonathan Barros de su antiguo entrenador Julio Pablo Chacón, se presentaban como un rival mucho más duro que el mismísimo mexicano Miguel Román.
Es que la vorágine ocasionada por el alejamiento no era una cuestión menor. Era algo que podía alterar los factores una vez que el Yoni estuviese arriba del ring para defender por primera vez su título mundial pluma (regular) de la AMB.
Y si bien en el segundo asalto de combate, cuando el mexicano le asestó un potente cross, el Yoni mostró vestigios de esa problemática, aunque con el correr de los asaltos se fue afianzando sobre el entarimado montado en La Colonia, Junín (Mendoza) al punto de aleccionar al número 9 del ranking.
Fue punzante con el jab de izquierda y mantuvo a Mickey alejado de la zona de impacto. Cada vez que el mexicano provocaba las embestidas, el pupilo de Ricardo Bracamonte y Ramón Balbino Soria debía salir despedido del área de fuego cruzado para no caer en la potencia de la mano zurda de su rival.
Las buenas traslaciones del guaymallino fueron fundamentales, a pesar de que muchas veces pecó de confianza yendo a la corta con la mano derecha baja y dejando descubiertos los planos superiores.
A esa altura del combate, sobre todo desde el quinto en adelante, los problemas que podían pesar sobre la psiquis del campeón, ya habían desaparecido. Estaba íntegro y con los ojos bien abiertos debido a que enfrente tenía un boxeador incansable que iba al frente en busca de la definición categórica.
Ya entrados en la sexta vuelta, Barros mermó la intensidad y buscó el recambio de aire para poder llegar entero al final del match, aunque de vez en cuando se daba el lujo de prestarse al show para las poco más de mil personas que se acercaron a ver su pelea en el estadio juninense.
El séptimo también fue una clase magistral de boxeo. Barros punteaba con la zurda, lo mantenía a Román fuera de foco y descargaba con solvencia la mano derecha en forma de directo. De haberse animado un poco más a largar ese golpe, hoy estaríamos hablando de una definición categórica de Jonathan en su primera defensa efectiva de la porción de campeonato mundial que ostenta desde el pasado 4 de diciembre.
Con la victoria prácticamente consumada, y con un mexicano jugado en ataque, el del barrio Lihué volvió a pecar de confianza y fue en busca de la definición antes del límite, ya que Román a esa altura mostraba falencias defensivas producidas por la paliza del mendocino.
Y fue tanta la confianza que en el décimo, en vez de caminar el ring y mantener alejado al mexicano, Barros se prendió en la corta recibiendo castigo innecesario.
Finalmente, y tras 12 dramáticas vueltas, Jonathan defendió exitosamente su corona pluma AMB gracias a la unanimidad de los jueces que fallaron la estelar con los siguientes guarismos: Ricardo Duncan (Panamá): 118-110; César Ramos (Puerto Rico): 117-111; y John Poturaj (Estados Unidos): 118-109. Para UNO ganó el mendocino 118-111.
Mención aparte debe recibir el árbitro norteamericano Mark Nelson, quien fue demasiado permisivo con Román, peleador que debería haber sufrido descuentos de puntos por sus excesivas infracciones en el in-fighting.
“Voy por ti, Pelenchín”, decía la remera del campeón. El Yoni quiere pelear contra los mejores. El próximo escollo en su carrera sería el panameño Celestino Caballero. Esperemos que se le dé, ya que condiciones y ganas, es lo que le sobran.
Una más
El mexicano Oscar Ibarra venció por KO4 al cordobés Ariel Alassia. El Cebiche, campeón de plata CMB de peso supermosca, suena como posible rival del supercampeón OMB de la categoría Omar Andrés Narváez.