Por Nicolás Samuilov, samuilov@notifight.com
Mientras aguarda la confirmación definitiva de la fecha y sede de su combate, el campeón mundial pluma de la Asociación Mundial de Boxeo, el argentino Jonathan “Yoni” Barros, bajó las tensiones en torno a los cruces mediáticos mantenidos con su retador, el panameño Celestino “Pelenchín” Caballero, con quien deberá enfrentarse en una revancha obligatoria, muy probablemente el 14 de octubre próximo en el estadio Luna Park de Buenos Aires, o bien en su Mendoza natal.
En el primer duelo entre ambos, el pasado 2 de julio en el Polideportivo La Colonia de Junín, Mendoza, Barros retuvo su corona tras un polémico fallo dividido, en lo que fue la segunda exposición del cetro. Pero al mendocino, no le quedan dudas.
“Vi varias veces la pelea y me encuentro un justo ganador. Para la que viene, la victoria es mía, y el título se queda en Argentina”, afirmó “Yoni” , durante una comunicación telefónica mantenida en el programa radial «Ring Side en el Aire» , que conduce Carlos Irusta, por Radio La Red, de Buenos Aires, Argentina.
Entrenando con la mente puesta en el desquite, espera una definición. “No tengo idea dónde será. Sólo me dijeron que si no es en Mendoza, será en el Luna Park, que son palabras mayores. Pero lo único que me importa es ganarle de una vez por todas”, agregó.
En las últimas semanas, ambos cruzaron declaraciones en los medios. Incluso había trascendido que el mendocino lo habría tildado “Negro bocón”, lo que lógicamente causó tanto desagrado como sorpresa en Caballero. Sin embargo, el campeón prefirió quitarle dramatismo y hasta fue crítico de sí mismo.
“No sé si dije eso. Pero si fue así, no lo dije con esas intenciones, en tono discriminatorio ni nada por el estilo. Si soy casi del mismo tono de piel que él -continuó-. Lo que puedo decir es que debajo del ring, después de la pelea, estuvimos charlando un rato largo y estuvo todo bien. Su equipo con el mío y viceversa. Pero lo de bocón sólo lo dije porque él salió con unas declaraciones en las que dijeron que los maltrataron en Mendoza y no fue así. Acá se los trató excelente. Pero pido mil disculpas porque tal vez me expresé mal”.
Y pronosticó: “Si esta vez va a recibir un maltrato, no va a ser verbal. Va a ser arriba del ring”.
Por otro lado, Barros reconoce que deberá modificar varios aspectos de su boxeo para el desquite, en pos de no sólo conservar su cinturón sino también convencer a quienes lo vieron perdedor. “Debo modificar la defensa. Si bien yo lo fui a buscar siempre, lo hice con la mano baja, y eso me perjudicó mucho. Los golpes que recibí y que me hicieron tocar la lona me lo hicieron ver”, remarcó.
Para ello, trabaja intensamente en triple turno junto a su equipo, conformado por Ramón Balbino Soria y Ricardo Bracamonte -entrenadores-, Juan Carlos Azcurra -asistente técnico-, Pablo Stahringer -preparador físico-, y su hermano Walter Reta -manoplero-.
“En la mañana, me toca ir al gimnasio. Por la tarde, hacemos la parte técnica. Y a la noche, dividimos entre ejercicios pertinentes y natación”, describe quien esta semana tiene planificado inaugurar su propio gimnasio en forma independiente.
A pesar de ser campeón mundial, sigue siendo el mismo “Yoni” de siempre, aquel que nació en Guayamllén, Mendoza, hace 27 años y gusta de las cosas sencillas de la vida. “Cuando no estoy boxeando o entrenando, me la paso mucho con mi familia, sobretodo con mi mujer y mi hijo. También soy de ayudar a los chicos en el gimnasio, dándoles una manito en lo que necesiten. Trato de seguir siendo el mismo porque ése es mi estilo”, relata quien además concurre martes y domingos a una iglesia cristiana.
Pero de todas formas, más allá de su fe, separa los tantos. “El boxeo es un deporte. Es duro y de mucho contacto -señala-. Pero no es agresivo, para nada. El boxeo es un arte. Como todos los grandes dicen: ‘Es el arte de pegar y no dejarse pegar’. Y arriba del ring, yo no tengo odio, bronca ni agresividad, en absoluto. Yo hago el deporte como lo tengo que cumplir. Y respecto a la religión, lo único que le pido al Señor es que cuide a mi rival como me cuida a mí, en cuanto a la salud. Para que así después bajemos del ring y sigamos disfrutando de nuestras familias. Sólo somos dos personas que buscamos simplemente una victoria. Nada más”.