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LAS VEGAS – El estadounidense Tim Bradley desmanteló en ocho asaltos al veterano cubano Joel ‘Cepillo’ Casamayor, al vencerle por nocáut técnico para retener el título superligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en Las Vegas (Nevada).
‘Tormenta del Desierto’ Bradley, de 28 años, mantuvo su invicto en 28 peleas, 12 de ellas ganadas por la vía de la anestesia, y defendió con éxito por sexta vez un cinturón conquistado en abril de 2009, cuando doblegó a su compatriota Kendall Holt.
Casamayor, doce años mayor que su rival, acusó el desgaste de tantas batallas en el cuadrilátero, y rindió bandera a los 2:59 minutos del octavo asalto, tras caer por tercera vez en el pleito.
El cubano ha perdido tres de sus últimos cinco combates, y ahora tiene una foja de 38-6-1.
Ex campeón mundial de los pesos superpluma y ligero, Casamayor evidenció haber dejado atrás sus mejores días, y sirvió a Bradley precisamente para lo que se negó todo el tiempo en la gira de promoción al pleito: servir de escalón para combates más rentables.
Conocedor de que en un pelea que se fuera a la distancia iba a llevar la peor parte, Casamayor entró dispuesto a racionalizar sus fuerzas, y en los dos primeros asaltos apenas tiró siete golpes de poder.
Entre abrazos, fintas, y escamoteo en las cuerdas, el zurdo cubano transitó los primeros cuatro rounds, dejando que Bradley llevara las acciones.
El plan no era malo, si el ‘Cepillo’ de Guantánamo no estuviera recibiendo a esas alturas más golpes de los que colocaba. En un momento del quinto asalto, besó la lona por vez primera en la noche, tras un ‘hook’ de derecha de Bradley al estómago.
En el descanso del asalto, se oyó claramente la advertencia del entrenador Miguel Díaz a Casamayor: «Si no tiras no ganas».
Otra caída en el arranque del sexto cuadro, por gancho al cuerpo y volado a la cabeza, llevó más agua a los molinos de Bradley.
La ‘Tormenta del Desierto’ fue desmantelando al ‘Cepillo’ con total impunidad, hasta dejarlo en inservible peineta.
Luego de un pálido séptimo cuadro, Bradley arreció el castigo al cuerpo desde el campanazo inicial del siguiente asalto, y con otro mazazo al estómago sirvió en bandeja a Casamayor para otro conteo, que no pudo terminar el árbitro Vic Drakulich luego de que la esquina del cubano lanzara la toalla en señal de rendición.
El pleito sirvió de respaldo el encuentro entre el astro filipino Manny Pacquiao y el mexicano Juan Manuel Márquez, por el título welter de la Organización Mundial de Boxeo que posee el primero.