Hernán Lo Iacono
El 19 de marzo pasado, la uruguaya Chris Namús, considerada en su país un símbolo de joven sobresaliente, defendía su corona superligero WPBF ante la española Dolores Muñoz. El escenario de la contienda fue el mítico Palacio Peñarol de Montevideo, lleno de bote a bote y preparado para una noche de gloria para el boxeo oriental. Entiéndase, que digo GLORIA, no VICTORIA y lo importante que será distinguir esas dos palabras cuando avancemos en el tema que nos trae. No fue una pelea técnica en el sentido tradicional de la palabra, el choque de dos amazonas que mostraban lo que es capaz de brindar el cuerpo humano y sobre todo tolerar. Las artes de la defensa se fueron al demonio, se tiraban lo que tenían y la mayor aptitud física y administración de los recursos de la catalana fue determinante en ese tren de cosas. El paso de los asaltos puso a laespañola en control de la cosa y Namús que en forma estoica se aguanta todo, se metió en un baile por no especular y lo va a pagar más caro que nunca. Llegado el último asalto del pleito, la joven oriental ya no tiene nada, esta conciente y sale a fajarse. La ibérica la finteó y contragolpeó con suma dureza poniendo a la oriental KO de pie. Desde ese momento en adelante el boxeo mundial entro´en varias crisis. Es el tema de esta nota: hablar de lo ocurrido de allí en adelante.
Decíamos que teniamos a una Namús muy dañada pero aun conciente al sonar la campana para entrar al último round, pero la chica visitante logró quebrar toda resistencia mental y Namús ya no controlaba lo que pasaba.
Los videos del combate me indican que el referee Aníbal Andrade tuvo acciones deliberadas para evitar que perdiera por KO la pugil local, que no debía seguir combatiendo, poniendo en riesgo su integridad física. El primer deber del árbitro es cuidar a vida del boxeador, aún antes que hacer cumplir el reglamento. Esto no está escrito en ninguno de los reglamentos de boxeo pero es lo primero que se le enseña a quien quiere ser árbitro de boxeo en cualquier lugar del mundo. Andrade se equivocó al anteponer otro interés, ya no importa un error técnico, siquiera una evidente parcialidad no la intención por la que se olvidó de ese deber.
El cronometrista jugó su partido aparte, trató que los dos minutos del décimo pasaran rápido, no deteniendo el reloj cuando Namús por simple instinto de protección tiró el bucal y finalizando el mismo cuando faltaban 32 segundos de accion o tiempo a quemar con la oriental KO de pie.
Namús no entendía aún bien que pasaba, escuchó el fallo hizo las declaraciones que nadie cree de un boxeador despues de un combate y siguió su ruta a los camarines y a su casa. El equipo español se retiró del ring luego de oir la primera tarjeta, algo sancionable en muchos reglamentos, pero teniendo en cuenta las evidentes irregularidades es entendible, más cuando lo hicieron sin provocaciones ni excesos verbales intolerables.
Una respuesta rápida que motive esas irregularidades sería que el promotor las solicitó o las indujo de alguna manera. No parece ser el caso. No se lo ve cerca de los oficiales de ring al manager de Namús, Sebastián Revetria, en los videos. En declaraciones a un diario uruguayo el técnico de Muñoz, Rafael Martín, dijo que Revetria le ofreció la revancha en el mismo momento en el vestuario. Lo confirmamos esta tarde cuando le preguntamos al técnico español por el particular. De lo que tenemos evidencia, nada indica un accionar expreso de Revetria en el despropósito y su reacción inmediata fue reconocer que no habia ganado su representada.
Los jueces la vieron así: Freddy Sosa marco 97-93 y Hugo De León dió 96-95 para Namús, Enrique Vales clavó empate en 95 para la victoria en decisión mayoritaria de la púgil oriental. Un fallo irreal, pero nada nuevo a lo visto en todo el planeta tan solo en 2010. La mala costumbre indica que en estos casos la prensa denuncia el despropósito y a nadie le importa mucho siquiera responder y pasa en todos lados. No importa si hablamos de Las Vegas, o de la Patriada en Varela, si es por título mundial o por la copa de leche, siempre hay fallos que sólo pueden explicarse motivados por razones muy básicas: el beneficiado por el resultado es local o es manejada su carrera por quien organiza el evento, alegando excusas patrióticas o de seguridad personal. El tema es que estas variables no deben ser consideradas en la tarjeta de un juez, que no está facultado ni es capacitado por nadie para ponderarlas.
El festival fue televisado a todo el país, siendo Namús un buen ejemplo deportivo, que excede los resultados que pueda obtener. El boxeo es un deporte respetado en el Uruguay y la sociedad y el Estado uruguayos apoyan el Programa KO a las Drogas que tiene al boxeo como protagonista. Tal situación indica un país viviendo una pelea, quizás la mayoria de ellos sin mucho conocimiento de como ver un combate o fallarlo, pero a la postre entendiendo que lo que habia pasado ni era justo ni correcto. La mañana del domingo mostró todos los espacios de debate en el Uruguay, los foros de los periódicos y toda expresión pública minada de mensajes que indicaban que sentían vergüenza por lo que había pasado, que la ibérica era la ganadora. Aún no entiendo que vergüenza sentía el público uruguayo, o será que en el boxeo estamos mal acostumbrados ya a que estas cosas sean moneda corriente. Hacia el mediodía el equipo español salió a conocer la ciudad aún con amargura por lo que les había pasado. Pero ni bien ganaron la calle recibieron el cariño y el reconocimiento de los uruguayos. El pináculo del veredicto popular, fue el ingreso de los catalanes al Mercado del Puerto (sitio de visita obligada en Montevideo) en dónde fueron ovacionados y felicitados por todos los presentes. Este aspecto es fundamental y distinto a los que a diario son equivalentes en todo el planeta. La trascencencia del repudio del público mayoritario es un elemento insoportable para cualquier proyecto deportivo. Desorganizada, desconocedora del uso y la costumbre de este deporte, transformaron un resultado en un problema político de consideración. Nada puede imputarsele al público uruguayo y mucho agradecersele por su acción espontánea y honesta.
En el estadio estaba presente una Ministra del área del Gobierno Nacional, que evidentemente quedó indignada e impresionada por el asunto. Tanto que planteó el tema del combate en el Consejo de Ministros y solicitó a la Federación Uruguaya de Boxeo que anule el resultado del mismo. Y aquí es donde los acontecimientos se salieron de cauce, en mi opinión. Donde en el apuro por solucionar un problema político se pisotearon las reglas del deporte. Entendemos que la presencia de la Ministra sea en un hecho así lo haga un tema de analisis por el Estado. Aquí el problema político se transformó en una Cuestión de Estado que éste transfirió a la Federación Uruguaya. Ésta anuló el resultado del combate a pesar de no ser la entidad que lo sancionó. Hasta el día lunes, la WPBF, entidad que ponía en su juego su cinturón en el combate Namús vs Muñoz, ni había emitido sonido sobre el tema. Todas las miradas se posaron sobre la Federación Uruguaya de Boxeo que citó a los oficiales de ring participantes a declarar el día miércoles. Los oficiales de ring participantes del tema ensayaron todo tipo de impresentables negaciones de hechos, excusas tontas, y afirmaciones desagradables, explicables por la presión de tener que responder a algo que se transformó en cuestión de estado. El mismo lunes el sitio de records Boxrec modificó el resultado de la pelea poniéndola como sin decisión basado en la cancelación del pleito por patrte de la Federación que la adjudica a un error del cronometrista.
El martes a la mañana aparece el comunicado de la WPBF declarando nula la pelea, emplazando revancha directa y (sugestivo) fundamentando que declara nula la pelea por error del cronometrista en el décimo round. Dice que fue una pelea cerrada y que no cuestiona el fallo de los jueces. Ese mismo día el Gobierno comunica que difundirá internacionalmente la anulación de la pelea, lo que en la ya tan inusitada informalidad en que ocurre todo, no resulta sorprendente. Durante el día algunos oficiales de los incluidos en el tema instan a otros a no presentarse a declarar desconociendo a las autoridades de la federación Uruguaya por temas ajenos a este pleito.
El miércoles 23 solo concurren Fredy Sosa, uno de los jueces y el cronometrista. Ambos no aportan nada nuevo al tema, Sosa reconoce que se equivocó en el fallo, de forma poco decorosa y lanza alguna velada acusación hacia Aníbal Andrade. Ambos dicen que se akejarán del boxeo y nada más. Enrique Vales avisó que no se encontraría en el Uruguay hasta el próximo jueves y que declarará ni buen llegue. De León y Andrade, de distintas maneras, anunciaron su alejamiento del boxeo e hicieron su descargo mediático.
Asi las cosas el tema parecería diluirse, sin mucho más que hacer al respecto. El día jueves la federación Uruguaya de Boxeo emite una recomendación de que no se haga revancha dado que la chica Namus debería ponerse a la altura de los acontecimientos, tema que recién ahora parecía preocuparles. Como toda acción en este tema la Federación Uruguaya se dedica a testimoniar cosas más que actuar en solucionar los problemas. Casi al mismo tiempo, Sebastián Revertria anuncia que la revancha será el 11 de junio en el Palacio Peñarol.
Siguen los hechos y seguirán un tiempo más pero como coletazos del mismo tema. Si somos sensatos, además de honestos, Uruguay y el ejemplo de su público es un factor que puede ser contagioso, aún con sus peligros aca mencionados también para el boxeo en su endeble reglamentación.