Ey, Nica, ¿Qué xopá?

 

Contrario a mi tradicional estilo de redactar, he querido utilizar la forma llana y sencilla de hablar de nuestros jóvenes para tratar de llegar a tu pensamiento, a tu conciencia, sin el afán de sermonearte ni creerme tu papá, sino para que sepas que habemos muchas personas que nos preocupamos por ti.

Ey Nica, ¿Qué xopá? ¿Cómo es eso que teniendo una pelea de título mundial el 2 de abril acá en Panamá, se te ocurre irte a la Feria de la “Canducha” a jugar toros, para alegrarle la tarde a un poco de gente tomada?

Compa, esa no es de ahí.

Está bien que te sientas con la libertad de ir adonde quieras y pasar un rato agradable. En la realidad de la leyenda, tú dirás que no le estás haciendo daño a nadie. Lo que no comprendes es que te estás haciendo daño a ti mismo.

Una cosa es que la fama no se te haya subido a la cabeza y otra es que olvides las carencias y penurias que sufriste de niño y adolescente y que hoy, gracias al poder de tus puños y a la fuerza de tu corazón de guerrero has podido superar.

¿Por qué no te puedes mantener chillin, cool?

¿Tú crees que es pritty que siempre estés saliendo en los periódicos y noticieros de televisión en algún problema? Ya la gente cuando oye que dicen “El Nica” enseguida se pregunta, ¿y ahora en qué lío se metió este man?

Ey, Nica, vas mal mi hermano, esa no es la que es.

Lo tuyo es concentrarte para tu pelea. No correr riesgos innecesarios. Te puedes relajar, pero con calma. No creas en los manzanillos que te incitan a cometer esos errores. Tú no necesitas armas de fuego, ni tener problemas con tongos, ni dormirte en una cantina, ni lidiar toros.

Cuida el futuro de tus hijos, que está en tu capacidad atlética. No pierdas esa oportunidad grande que Dios te ha dado. Siempre hay tiempo para rectificar y corregir lo que está mal.

Te lo dice un paciero, alguien que te admira y te aprecia y que no necesita lambonearte para quedar bien contigo.

Métele mente, blood.