Maximillian Adelbert Baer nació el 11 de febrero de 1909 en Omaha, Nebraska Estados Unidos.
Comenzó su carrera en 1929. En 1933 propinó una feroz paliza a Max Schmeling en un combate que supuso la recaudación más alta que se había alcanzado hasta entonces, lo que le abrió las puertas del título mundial.
Arrebató a Primo Carnera dicho título en 1934, después de derribarlo doce veces. Lo perdió al año siguiente frente a James Braddock, lo cual supuso una gran sorpresa (las apuestas estaban 10 a 1 a favor de Baer, pero éste no se entrenó como debía y perdió el combate). El nocaut sufrido contra Joe Louis en 1935 frustró sus esperanzas de conquistar el título de nuevo, pese a lo cual continuó peleando hasta 1941. Su último combate fue contra Lou Nova, la primera pelea que se televisó en directo.
Ganó 65 de los 79 combates que disputó. Está considerado como uno de los mayores pegadores que existieron. Su derecha era mortífera. Uno de sus rivales falleció en el ring (su cerebro quedó desprendido del cráneo). Otro quedó tan maltrecho que falleció en el siguiente combate a consecuencia de las lesiones de su pelea anterior con Baer, quien debió someterse a tratamiento psiquiátrico para superar el momento.
A Max Baer se lo recuerda por su simpatía. Solía decir frases ingeniosas que han quedado en el recuerdo. También por su caballerosidad. Era amigo de sus adversarios, en especial de Primo Carnera y James J.Braddock, a quienes visitaba al término de la pelea. Incluso pagó los estudios de los hijos de aquel pugilista que había muerto en el cuadrilátero.
Fue playboy y actor. Trabajó en películas de acción y de aventuras. Debutó en el cine en 1934, llegando a actuar junto a Humphrey Bogart y también con el dúo de cómicos Bud Abbot y Lou Costello (en la película «África ruge», de 1949). En 2005 fue interpretado en la película Cinderella Man, aunque hubo polémica porque el personaje de Max Baer tenía poca relación con la realidad. En el filme aparece retratado como un hombre cruel, un asesino que se regodea ante sus víctimas e incluso trata de aprovecharse de la mujer de Braddock. Su figura ha sido reivindicada al ser descrito como un personaje simpático e inteligente en la novela del género de literatura fantástica escrita por Federico G.Polak, «Remember Max Baer, una leyenda urbana», publicada en Buenos Aires en 2008.